24 / septiembre / 2018
Es hora de escucharlos. Niños y niñas con capacidades distintas no pueden desarrollarse profesionalmente debido a las barreras que encuentran al salir de los colegios. Dan, José David y Ariana cuentan el duro camino que deben enfrentar.
En nuestro país no existen cifras confiables de cuántos niños tienen alguna discapacidad o cuántos de ellos están dentro del sistema educativo. Los censos no han sido suficientes para crear la base estadística necesaria para planear estrategias desde el Ejecutivo.
“Si nosotros logramos saber el número de niños y niñas con discapacidad, la edad, características, las necesidades que tienen; eso nos permitirá proyectar. Al no contar con estadísticas se hace difícil planificar de manera efectiva”, señala Vincenzo Placco, representante de la Oficina Regional de Unicef para América Latina y el Caribe.
Poco acceso educativo
La tendencia mundial para darle solución a esta problemática es la incorporación de niños con alguna discapacidad a colegios regulares. En nuestro país, esta tendencia es una realidad. Sin embargo, quienes se han incorporado a este sistema de educación son aquellos que tienen una discapacidad leve o moderada. Es decir, solo un 32,8% del total de niños y niñas con discapacidad inscritos en el registro nacional.
“Niños y adolescentes entre 3 y 17 años no están en el sistema. (Y aunque) ha aumentado el número de niños y niñas en el sistema escolar, también hay muchos que no llegan y la mayoría de ellos están en zonas rurales, la Amazonía o zonas dispersas”, señala Fernando Bolaños, oficial de educación de Unicef Perú, que ya ha tomado cartas en el asunto y viene trabajando en conjunto con el Ministerio de la Mujer, el Ministerio de Educación y otras entidades.
Pero el poco acceso a las escuelas regulares no es el único problema. A esto se suma la poca capacitación del profesorado para atender las necesidades de estos niños y niñas.
“Cuando era pequeño me llevaron a una escuela y pensé que aprendería señas, pero la profesora me enseñaba a oralizar; mi mamá no se podía comunicar conmigo”, recuerda Dan Ticona, un adolescente con discapacidad auditiva quien desde su educación básica lucha para que respeten su derecho a la educación.
“Por ejemplo, mi grupo ya terminó la secundaria y cómo vamos a hacer nosotros para la universidad si el Ministerio de Educación no entiende que tiene que tener interpretes en las universidades”, señala Dan, quien viene preparándose para postular a la Universidad La Cantuta y convertirse en profesor y gestor del cambio en la educación inclusiva.
El sistema no funciona
En nuestro país solo el 11,4% de alumnos con alguna discapacidad ha logrado llegar a la educación superior, según el INEI. Los colegios especializados e intérpretes de señas son insuficientes y, en su mayoría, se encuentran en zonas alejadas.
“Ya para terminar la primaria quisieron pasar a José David a un proceso de inclusión. Había que hacer trayectos muy largos y mi hijo luego tenía que ir a reforzar lo aprendido en un colegio especializado. Entonces perdía el contacto familiar”, relata Gloria Pineda, madre de Jose David, de 22 años, un jovencito con síndrome de Down que ha tenido que desistir de la educación secundaria. Sin embargo, José David, ha llevado una educación basada en talleres (marinera, baile urbano y arte).
“Yo quiero ser presidente de la República. ¡Que no haya violencia contra las mujeres!”, dice José David, quién ha logrado confiarnos algunas de sus aspiraciones.
Para Vincenzo Placco, el apartar a un niño del sistema educativo es algo que pasa frecuentemente por el temor a la discriminación.
“Hay que hace un trabajo con las familias. Pasar por un proceso de sensibilización y formación de toda la comunidad educativa, empezando por los profesores, directores y los estudiantes”, señala.
Oportunidad de empleo
Según la ley peruana, una empresa de 50 trabajadores puede tener hasta el 3% de empleados con alguna discapacidad, y en el sector público el 5%. Sin embargo, sin una educación adecuada difícilmente se cubren esas plazas. Por ello el 76% de personas con discapacidad no pertenecen a la población económicamente activa, según el INEI.
Para Ariana Gamarra, una adolescente de 14 años que fue perdiendo la audición siendo pequeña, el problema radica en que el Estado no entiende sus necesidades.
“Ahora que las mujeres sufrimos violencia, ¿cómo enfrentamos una denuncia si ni siquiera tenemos intérpretes en las comisarías?, pregunta.
Conocer las estadísticas permitirá a las autoridades atraer nuevos estudiantes al sistema educativo, pero los niños y niñas que ya están dentro necesitan apoyo y oportunidades para ser profesionales. No los dejemos solos.
¿Qué viene haciendo el Minedu?
Las últimas evaluaciones han revelado que el aprendizaje de estos niños está muy por debajo del promedio. Además, un buen número de estudiantes no están visibles en el proceso educativo debido a que no son alumnos regulares.
El sector Educación señala que aún no tiene una dirección definida sobre cómo afrontar estas necesidades. “El sistema educativo, así como está ahora, no está satisfaciendo las necesidades y hay que cambiarlo. Uno de los retos es estimar cuántos son y qué se necesita para poder llegar a todos ellos”, señala Humberto Pérez León Ibáñez, de la Oficina de Medición de la Calidad de los Aprendizajes del Minedu.
Más de la mitad de personas con discapacidad entre los 3 y 17 años no están en la educación básica.
Fuente: https://larepublica.pe/sociedad/1318676-ninos-discapacidad-reclaman-mejores-oportunidades-educativas
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